Las fragancias frutales se crean principalmente a través de moléculas sintéticas, que imitan la variedad de aromas frutales. Estas moléculas permiten recrear desde las frutas más jugosas y aterciopeladas hasta las más secas y acuosas, ofreciendo una amplia gama de opciones y experiencias olfativas. La naturaleza acuosa de muchas frutas dificulta su extracción directa, por lo que la síntesis se ha convertido en la técnica predominante.